miércoles, 10 de octubre de 2012

Rubéola


La rubéola es una enfermedad vírica de poca gravedad (generalmente afecta a los niños) causada por el virus de la rubéola , un togavirus.
Al ser contraída por la madre durante el embarazo, supone una grave amenaza para el feto; con abortos espontáneos en el 20% de los casos.
El virus es transmitido por la ruta respiratoria y se replica en la nasofaringe y en los nódulos linfáticos.
El virus aparece en la sangre a los 5 o 7 días después del contagio y se dispersa por todo el cuerpo. Además es capaz de cruzar la placenta e infectar al feto cuando se está desarrollando y detener la multiplicación celular de las células del feto provocándole la muerte.

 Cuadro Clínico

  • La rubéola se caracteriza por la aparición de pequeñas erupciones en la piel de un color rosáceo que se inician en la cabeza y progresan hacia los pies, haciéndose más intensa en el tronco, que en algunos pacientes puede producir picazón y suelen desaparecer en pocos días.
  • Las erupciones suelen mostrarse uno o dos días después del contagio. Junto a las manchas rojizas, los síntomas de la rubéola son bastante similares a los de un síndrome gripal, con malestar general,  fiebre poco intensa, enrojecimiento de los ojos, dolor de garganta (faringitis) e inflamación dolorosa de ganglios alrededor de la nuca y en la región posterior de las orejas; conjuntivitis.  Mientras que en los niños la rubéola suele revestir escasa gravedad, acompañándose algunas veces de otitis (infecciones de oídos), es más frecuente la complicación de la enfermedad entre los adultos que la padecen, que pueden sufrir otras patologías más graves provocadas por bacterias, como neumonía o encefalitis (en uno de cada 1000 casos). Esta última consiste en una infección que afecta al cerebro y conlleva un riesgo inmediato de coma,  retraso mental a largo plazo, epilepsia e incluso muerte del paciente. 
Los síntomas incluyen:
  1. adenopatías (ganglios inflamados) por lapsos de hasta una semana .
  2. Fiebre  (que rara vez excede los 38 °C ó 100,4 °F)
  3. irritación (usualmente en el área de la cara, aunque también se extiende al tronco y extremidades.
  4. Tiene la apariencia de manchas rosadas debajo de la piel.
  5. Las manchas se manifiestan en el primer o tercer día de la enfermedad, pero desaparece al cabo de unos días, sin dejar daños permanentes)  
  6. La señal de Forchheimer ocurre en el 20% de los casos, y se caracteriza por vesículas rojas pequeñas en el paladar
  7. piel reseca
  8. Inflamación de los ojos
  9. congestión nasal
  10. dolor e inflamación en las articulaciones
  11. dolor en los testículos
  12. pérdida de apetito
  13. dolor de cabeza en muy pocos casos, los nervios se vuelven débiles y entumidos 

 Diagnóstico 

  • El diagnóstico de la rubéola es difícil ya que las erupciones en la piel suelen ser poco intensas y de escasa duración.
  • No obstante, se puede conocer mediante un análisis de sangre (serología) si la persona ya ha padecido la enfermedad y por tanto es inmune.
  • Uno de los principales exámenes de laboratorio que se realizan son IgM e IgG y la prueba del hemograma 

 Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la rubéola. La actuación de los especialistas durante la enfermedad suele centrarse en el control de los síntomas y va dirigida a mitigar la fiebre y el malestar general, como si se tratara de un proceso gripal.
Se recomienda reposo y el aislamiento del paciente para evitar nuevos contagios. Hay que acudir al pediatra si el niño con rubéola respira con dificultad o la tos dura más de cuatro o cinco días. Se administran antibióticos en caso de infecciones bacterianas (otitis o neumonía).
Normalmente, los síntomas son tratados con paracetamol hasta que la enfermedad termina por desaparecer. Sin embargo, no hay tratamientos disponibles para la rubeola congénita.  Rubeola Congénita 
Los problemas más graves asociados a la rubéola suelen presentarse en mujeres embarazadas que contraen la enfermedad en las 20 primeras semanas de embarazo o en los meses anteriores a la gestación.
En estos casos existe un alto riesgo de que el embrión se contagie y desarrolle el "Síndrome de rubéola congénita, que puede provocar la aparición de defectos congénitos en el niño, tales como pérdida de visión y ceguera, pérdida de audición, patologías cardíacas, retraso y parálisis cerebral o dificultades a la hora de empezar a caminar. 
 
Los bebés con este síndrome pueden presentar bajo peso al nacer,
diarrea,
neumonía y
meningitis.
Las primeras 8 semanas de gestación son las más susceptibles para el embrión, con mayor probabilidad de defectos congénitos, ya que es una época muy importante del desarrollo prenatal, con numerosos órganos y sistemas en plena formación, que pueden verse dañados por el virus.

 Prevención 

  • La vacuna no se debe administrar durante el embarazo ni en los tres meses anteriores a la concepción y las mujeres embarazadas deben mantenerse alejadas de personas con rubéola.
  • Educación.
  • Vacunación.
  • Aislamiento.
  • Notificación de casos y contactos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Recomienda este blog!